viernes, 27 de noviembre de 2009

LEYENDA: La llorona

A sus 17 años Francisco nada tenía que andar haciendo a las doce de la noche en la calle, pero al pasar por ahí escuchó un fuerte lamento, era el aullido de La Llorona:

“Mi mamá me decía mentiroso, y jamás me creyó, pero eso me sirvió para no andar tan noche en la calle… se siente un escalofrío muy feo, te hace temblar y sientes que los cabellos se te paran, a tal grado que hasta las rodillas te fallan”, dijo.

Quienes escuchan el lamento, conforme van caminando de poniente a oriente sobre la calle Pedro Moreno, en l cabecera municipal de Tonalá, el chillido avanza por encima de quienes andan por ahí.

“Yo sentí el frio junto a mi, llegué a experimentar el viento frío junto a mi, conforme yo iba avanzando venía el chillido a la par, hasta que ya una vez que pasé una vez frente a la puerta de Santiago Apóstol, que está hacia el lado de Pedro Moreno, y me santigué, en una forma misteriosa hasta ahí ceso el lamento, ahí desapareció”, agregó Francisco.

Se cuenta que muchos la han escuchado en la calle Pedro Moreno, desde el eje comprendido, entre Álvaro Obregón y Anasegasti. la leyenda dice que la triste mujer busca a sus hijos que se le ahogaron en el rio, y mientras no los encuentre, seguirá llorando su pena por las calles de Tonalá.

LEYENDA: El padre sin cabeza

Cuenta la leyenda que en la época de Los Cristeros un sacerdote muy apreciado por la gente fue sacrificado; lo colgaron del centenario árbol bolitario que se localiza sobre la calle Pedro Moreno, en el centro de Tonalá. Aunque mucha gente se opuso y entró a la defensa del párroco, no lograron salvarle la vida.

Sabemos que en ese tiempo no se aceptaba la religión, pues los hacendados y caciques querían mantener el poder, y para ellos la iglesia católica era una amenaza, es por ello que quienes predicaban o apoyaban alguna creencia pagaban la afrenta con su vida.

Se cuenta que al caminar a medianoche en las inmediaciones de la Parroquia de Santiago Apóstol, en el trayecto que se localiza entre el arco y el campanario, donde esta actualmente el jardín de niños, quienes por ahí pasan ven la silueta del sacerdote sin cabeza, pasando por el arco, hacia el lado oriente de la calle.

La sensación es realmente especial, pues mientras pasa la silueta se percibe un viento helado que va aumentando de manera paulatina, y que deja sin habla a algunos de los que lo atestiguan.

La leyenda del Padre sin cabeza es una de las 27 historias típicas de Tonalá, un lugar lleno de cultura y tradiciones.